por admin | Abr 13, 2025 | Uncategorized

¿Cómo debo elevar las piernas?

June 03, 20253 min read

Elevar las piernas por encima del corazón, de cualquier manera nos favorece. Sin embargo, no es tan sencillo como poner los pies sobre una silla o una mesa y muchas veces cometemos errores que afectan sus beneficios. 

Elevar las piernas siempre será beneficioso para tu salud. Sin embargo, si esta elevación no es frecuente, estos sólo serán temporales. Cuanto más alto por encima del nivel de su corazón pueda poner las piernas, más beneficios obtendrás del movimiento. Incorporar este hábito a tu rutina varias veces al día durante periodos de 15 a 20 minutos, permitirá que sus beneficios sean más notorios y duraderos en el tiempo. 

La elevación adecuada de las piernas es esencial, debes empezar por elegir un lugar cómodo donde puedas reclinarte. Una cama o un sofá funcionan bien. Una posición muy eficaz es acostarse de espaldas con las piernas estiradas contra la pared. La pared te ayudará a apoyar las piernas dando un respiro a tus músculos y te ayudará rápidamente a que la sangre estancada vuelva a su núcleo. Recuerda mantener una ligera flexión en la rodilla para evitar que las articulaciones pellizquen las venas y las arterias.

También puedes elevar las piernas utilizando cojines o una almohada de elevación de piernas. Busca que estos cojines sean blandos pero que te den apoyo, Ajusta la altura hasta que te resulte cómoda, normalmente unos 30 cm. La clave es asegurarse de que las piernas están por encima del nivel del corazón. Esta posición ayuda a facilitar el flujo sanguíneo por gravedad.

Mantén una postura relajada para favorecer el confort general y la circulación. Evite cualquier ángulo incómodo que pueda tensar los músculos. Mueve las piernas periódicamente, flexiona los pies en punta y talones para activar los músculos de las piernas y facilitar ese drenaje.

Aunque parece algo simple muchas veces cometemos errores que pueden reducir la eficacia o incluso causar dolor adicional, algunos son: 

  • Elevar los muslos pero no los pies. El objetivo de elevar las piernas es permitir que la gravedad ayude a llevar la sangre estancada de la parte inferior de las piernas y los pies de vuelta al corazón. La mejor manera de hacerlo es considerar la ruta que tiene que recorrer la sangre: desde el tobillo hasta el corazón. Si por ejemplo, tus rodillas están dobladas y tus tobillos están por debajo de ellas, el retorno de la sangre se limitará a la rodilla y muslo, dejando la sangre ya estancada en las pantorrillas y pies.

  • Tener demasiada o muy poca flexión en la rodilla. Mantener totalmente rectas las piernas puede impedir que la sangre regrese desde las pantorrillas y tobillos. La rodilla, una de las articulaciones más robustas del cuerpo, tiene muy poco espacio para las venas y las arterias. Dependiendo de su anatomía, tener la rodilla totalmente extendida puede impedir el retorno de la sangre de forma fluida y ejercer presión en los nervios, tendones y ligamentos de la zona. Por el contrario, tener la rodilla flexionada crea un ángulo muy severo que también puede interrumpir el paso fluido de la sangre. 

  • No incorporar la elevación de las piernas a tu rutina. Los beneficios a largo plazo los permite el habito continuo. Integrar la elevación de piernas a las actividades diarias no tiene por qué ser abrumador. Empieza por identificar los momentos en los que la relajación ya forma parte de tu día, como en la noche, por ejemplo, eleva las piernas mientras ves televisión o lees. Para convertirlo en un hábito, establezca recordatorios o utilice una alarma. Esto ayuda a garantizar la constancia, que es crucial para obtener beneficios a largo plazo.

  • No combinar la elevación de piernas con otros hábitos saludables para tus piernas. Hábitos como el ejercicio y los cambios en la dieta son practicas adicionales necesarias, al igual que tener un tratamiento establecido por el médico Vascular periférico y utilizar medias de compresión según la indicación del especialista. 

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